Ayer cuando
volví del
show de Antiguas Lunas, enloquecida como siempre, con mi piquete habitual en la cara y mi
sensacion de caos, me
encontré con un
mail de
Fede (amigo productor) con el discurso de la presidenta en
relación al conflicto de las retenciones. Y como les
decía, venia de tocar, con mi conflicto
crónico, en carne viva, de como vivir de la
música, de mi arte, cuando parece algo
utópico. Me
encontré disociada. Me
volví a parar enfrente de esa
dicotomía que me llena de ansiedad entre mi arte y mi hambre, entre lo que "
tendría que hacer" (idealmente) y lo que puedo hacer (que no me gusta).
Llegue a mi sesion de hoy, indignada por el discurso de la reina batata, y termine haciendo la siguiente asociacion:
Mi realidad es que ambos aspectos conviven
desencontrados en mi, por un lado tengo a mi arte
implorandome que piense a largo plazo, que le deje espacio para desarrollarse, porque es lo que soy, mi destino, mi
razón en el universo. Entonces me exige que le
subsidie la
técnica vocal, la
performance pianistica, los
shows, etc, siempre disconforme. Por el otro lado viene el hambre a
gritarme, "estas loca, como le das todo al arte que ni siquiera es algo concreto, yo tengo que comer,
entendes Agustina????, que hay mas importante que eso????( mientras me suenan las tripas), y por el otro el arte me dice, "si
empezas a sacarme el apoyo ahora me matas!!!!!!!!" y entonces el hambre responde, "pero si yo no como y no tengo techo, ni
prepaga, como podes estar pensando en la
guitarrita????. Y el arte que me dice, "ya me sacaste el piano, ahora me vas a sacar la
técnica vocal, pronto terminare siendo un desastre, y vos sin mi no vas a subsistir porque sos esto, a que te vas a dedicar sino, con que le vas a dar de comer al hambre?".
Pero mi arte no quiere darle de comer a mi hambre, ni siquiera se le pasa por la cabeza que tengo hambre. Mientras que mi hambre, de tanta
desesperacion no puede dejar de ver a mi arte como a un oligarca, soberbio y violento.
El tema es que vengo sin lograr sentarlos a charlar. Me quedo en el medio, viviendo en una casa que no es
mía, siempre al limite del
default. Pero eso si, subsidio mi
técnica vocal, mi salud mental, mi desarrollo intelectual y mi imagen se viene a pique cada vez mas. No tengo casa, ni auto, ni hijos, ni proyecto de tenerlos. Mi analista dice que por descuidar a mi ser inferior voy a terminar en el caño (eso lo digo yo).
Pero claro, mi
cuerpecito ahora esta con otras necesidades y demanda mas, y como no me ocupe de el antes, tengo que restringir mis
subsisdios al arte con lo cual mi disco no se si
saldrá a la venta, mis
shows irán siendo cada vez menos, porque
además tengo que
subsidiar a los
músicos y movilizar los equipos y
demás. Con el tiempo
serán menos mis canciones,
habrá una
recesión de creatividad en mi vida que
finalmente acabara con ella. Porque no soy solo un cuerpo que come y duerme, a pesar de ser un cuerpo que tiene que comer y dormir.
Recién hoy hice el
click, soy un ser entero,
estaría bueno encontrar la manera de que mi hambre y mi arte cedan cada uno su justa parte y logren coexistir.
Porque dividida como estoy terminare como este
país, condenada a repetir el piquete en la cara, el malestar general y sobretodo la posibilidad de crecer, de ser una artista que puede comer de su arte.
Mi arte no escucha a mi hambre y mi hambre no escucha a mi arte y
así terminan ganando mi analista y mi jefe.