No entiendo a mi analista. Ella insiste en que baje de la nube y yo no veo por que bajar. Para mi se ve mejor desde acá arriba, se ve mas clara la salida. Por que insistir en conquistar el suelo, en apropiarse de la trampera?. Eso me parece mas loco y utópico.
Perdonenme si los aburro nuevamente con esta dicotomía. No entiendo por que pero cada tanto necesito que alguien se acerque y me diga con voz pausada, si Agus, no hay como las nubes, mientras me sostiene la escalera.
1 comentario:
Así medio dormido, todavía con el recuerdo de una tortilla de acelga cenada o medio soñada, se me ocurre lo siguiente. Si estás ya en el cielo, por encima de las nubes sin ganas de mirar para abajo los océanos o los continentes llenos de personas que parecen menos que hormiguitas, ya no te queda a dónde ir. No hay para dónde seguir. Me parece que por ahí la trayectoria de la mente es más como el viaje de un yoyo, a veces entre las nebulosas y constelaciones a veces quejándose de lo apretujado del Mitre, a veces trabado en un molinete del B a veces atrapado en un glaciar de la luna.
Me parece que Einstein planteaba que las soluciones viven en otra dimensión que los problemas. Entonces por ahí para entender porqué el taxista que tiene la foto de la madre en el tablero nos dió mal el vuelto mientras se sacaba la lechuga del colmillo, hace falta pensar que estamos todos solos flotando en el universo y que una foto no tiene la fuerza de gravedad suficiente para calmar el corazón.
Tener la mirada en una sola dimensión, a una sola altura, en una sola realidad, nos quita posibilidades, nos quita capacidad para aplicar soluciones, para crear situaciones, para movernos.
Creo también que el mundo de las ideas es medio estático, la vida acá en la tierra es más desprolija menos linda. Acá abajo hay que esperar mucho para que cosas interesantes, excepcionales ocurran. En el mundo de los sueño sólo vemos las líneas con resaltador.
A esta hora y todavía dormido me parece que hay un ir y venir de la mente.
Saludos, mm.
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